El reinado de Fernando VII, a su vuelta de Francia, esperanzó a los españoles que pensaban que con la Constitución de 1812 había acabado el absolutismo. Nada más lejos de la realidad. El rey asumió el poder absoluto y derogó la constitución, dejando en manos de la reacción la gobernabilidad de España. En 1820 uno de los numerosos pronunciamientos militares, el del general Riego, obligó al rey a jurar la constitución de Cádiz, o lo que es lo mismo, a convertir su monarquía en una monarquía constitucional (1820).
Sin embargo, al cabo de 3 años, la intervención de la Santa Alianza, mediante un ejército francés (los cien mil hijos de San Luis) le reinstaurarán, de nuevo, en el absolutismo, que no abandonará hasta su muerte en 1833. Todo un ejemplo de coherencia la de este rey, el último de nuestros monarcas de carácter absoluto.
Al mismo tiempo, en los territorios coloniales de América se desarrollaban movimientos de emancipación, que aprovecharon los años convulsos de la guerra y la falta de autoridad españolas, para independizarse de la colonia.
Os dejo dos archivos para su descarga:
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